sábado, 16 de enero de 2010

LAS LUMINARIAS DE SAN ANTONIO




Esta noche, el pueblo abulense de San Bartolome de Pinares, volverá a encontrarse con sus raíces más ancestrales, con su ser verdadero. Desde tiempo inmemorial el pueblo celebra la que es, sin duda, la fiesta más antigua de la Provincia de Ávila. Una fiesta, que en la actualidad cuenta con multitud de críticas por parte de las Asociaciones protectoras de Animales, pero que gracias a Dios,de momento no han logrado acabar con ella.
Los vecinos de San Bartolome, los Bartolos, llevan preparando la noche de hoy desde hace muchos días. No importa el frío, ni el agua, ni la nieve, deben preparar la fiesta de su patrón y lo hacen. Suben a la sierra a recoger escobas, retamas y piornos, suben en cuadrilla de amigos, cada uno con su peña, o con su familia, hay que bajar a San Bartolo grandes cantidades de madera y ramos para preparar la fiesta de San Antonio, Abad, San Anton. No importa el tiempo que haga, lo importante es preparar la luminaria.
El origen de esta fiesta se pierde en la noche del tiempo, se ignora su origen y cuando fueron las primeras luminarias que iluminaron la noche de San Anton en este pueblo de Ávila. Pero hoy es una fiesta que todo el pueblo siente como propia, como suya, es la fiesta del pueblo, y en un pueblo chico es mucho, es decir es la fiesta de cada familia y es la fiesta de todos. Esta noche volveran a sus orígenes aquellos que viven fuera. Volveran para estar con los suyos, para revivir una tradicción, para sentirse pueblo.
Sin duda la participación de los ánimales en las luminarias viene dada por encenderse para honrar a San Antonio Abad, San Anton, santo protector de los animales. Los vecinos quieren quemar en cada hoguera todo tipo de influencia maligna, probablemente como ocurre en la noche de San Juan.
En los pueblos abulenses la fiesta suele estar a cargo de la Cofradía del Santo, que cada año elige unos Mayordomos que son los encargados de organizar la fiesta. Estos mayordomos son los hermanos mayores de la Cofradía durante ese año, sin duda es el cargo más importante a que un hombre puede aspirar en su vida. En el caso que nos ocupa los actos estan a cargo del Mayordomo y dos jurados.
La fiesta comienza en la tarde del 16 de enero, a las siete y media de la tarde en la Iglesia se celebran las Vísperas Solemnes de San Antonio, acto al que tradicionalmente acudía gran parte del pueblo, pero que desgraciadamente en los últimos años sólo acuden el Mayordomo, los Jurados, sus familias y los vecinos más viejos de la localidad. El resto del pueblo se queda en las calles del pueblo preparando las piras de retama, jara, y piorno. Concluído el acto litúrgico el Mayordomo y sus jurados son los encargados de encender la primera luminaria, la primera hoguera, en cada calle, en cada plaza, todas las familias, todas la peñas, todos los grupos de amigos han preparado la suya. Desde que se enciende la luminaria del mayordomo y hasta las nueve de la noche el pueblo se va poblando de fuego y un espeso humo. El humo de San Antón que va a proteger a los animales de cualquier mala influencia, de cualquier desgracia.
A las nueve de la noche los jinetes sobre sus caballos, a los que se ha tratado de forma muy especial las crines, los cascos y la cola. Esperan bajo el balcon de la casa del sacerdote la salida de este. Las campanas anuncian el inicio de la noche. El sacerdote sale al balcón y bendice a los animales. Comienza la fiesta.
El mayordomo convida a los jinetes a pastas y vino de la tierra. La gaitilla toca las jotas típicas de este día, la música abrirá esta "procesión". Tras la cual el mayordomo con una vara con un cordón rojo en la que va representado San Anton comenzaran a recorrer las calles del pueblo seguidos de los jinetes en sus caballos. En cada luminaria la procesión se detiene, los jinetes sobre sus caballos pasan por encima de las luminarias, produciéndose uno de los momentos más espectaculares de la fiesta. Es impresionante ver ese momento, ver al caballo, al jinete en medio de las llamas, en medio del humo. En cada hoguera el mismo ritual, paso del fuego por los caballos, invitación de pastas y vino y música.
En el resto de las luminarias los vecinos, los amigos, las familias hacen parrilladas de chorizo, tocino, carne. Esperando el gran día. Aunque como ocurre en San Juan lo importante en San Bartolo no es el día propio del Santo, sino su noche. Esta noche, la noche de las Luminarias.
Las luminarias no pueden apagarse en toda la noche, y no pueden apagarse por que aún falta algo por hacer. Aún les falta un trabajo que realizar. Aún deben aumar a San Antón.
El día 17 de enero, día del santo, es decir mañana, los mayordomos recorren el pueblo con su vara, en ella va grabada la imagen del santo, esta vara va siendo acercada a cada hoguera para qeu el Santo se ahume. El significado de este rito no se conoce, aunque los más viejos del pueblo afirman que se hace para ofrecer al Santo la ofrenda de los campos y la petición de favores.
VÍCTOR HERNÁDEZ MAYORA
16 de enero de 2.010

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