jueves, 10 de diciembre de 2009

NAVIDAD EN PIEDRAHÍTA



Por el Arco Callejo,
todo luz y alegría,
la más Bella Serrana
buscando posada
en su vientre la Palabra,
llamando a las puertas,
¿la encontrará?

Por la Calle Tejedores
canciones y zambombas,
una Mujer esperanzada
las alcazabas toca
y el silencio es su respuesta.

Por el Alamillo,
susurros de salve,
una mujer pide cama,
para dar a luz
y nadie le orece la suya.

En la oscuridad del Valle,
un Hogar abre sus puertas,
y ofrece su cama,
a la más Hermosa Serrana.

Un llanto hambriento .
rasga el silenico de la noche,
y una estrella en el cielo
ilumina los caminos de Piedrahíta
hasta la ermita,
para contemplar como María,
en su Vega ilumina, cada año,
una nueva Navidad.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL

domingo, 15 de noviembre de 2009

Imagenes de la Subida de la Virgen de la Vega 2.009

Primer plano de Nuestra Señora de la Vega en su Subida a la Villa de Piedrahita, el día 12 de septiembre de 2.009




Paso de Nuestra Señora de la Vega por la Calle Pilillas, durante la procesión que se realiza por las calles de Piedrahíta tras su subida de la Ermita.





Paso de Nuestra Señora de la Vega por la Calle Camargo en su procesión por las Calles de Piedrahita tras ser Subida desde su Santuario.


Nuestra Señora de la Vega en la Plaza Mayor de Piedrahíta.






sábado, 14 de noviembre de 2009

14 DE NOVIEMBRE DE 2.009



La ciudad de Ávila y la diocésis abulense se encuentra en estos momentos inmersa en los preparativos del Quinto Centenario del Nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, Teresa de Jesús, la Santa para todos nosotros. El obispo de Ávila Don Jesús García Burguillo ha solicitado de la Santa Sede la concesión de un Año Jubilar Teresiano que se celebraría entre 2.014 y 2.015, incluso se ha solicitado la asistencia del Santo Padre en Ávila para la solemne inauguración o clausura del mismo, como ocurrio el 1 de noviembre de 1.982 cuando el Santo Padre Juan Pablo II visita Ávila para celebrar la Clausura del Quinto Centenario de la muerte de esta gran mujer de la iglesia de mi diocesis. Por eso es mi próposito a partir de ahora ir todas las semanas subiendo entradas sobre su vida, así como artículos o noticias aparecidas en la prensa local sobre este gran acontecimiento.
Hoy es 14 de noviembre de 2.009, una fecha más en el calendario. Ayer preparando una entrada que tengo la intención de subir, Dios mediante, la próxima semana me encontre datos suficientes para escribir otra entrada y un dato curioso que hasta ese momento desconocía: Hoy hace quinientos años se formalizo la carta de arras de Don Alonso de Cepeda y Doña Beatriz de Ahumada, padres de Santa Teresa.
A lo largo del siglo XVI se celebraron muchas bodas, de esas que hoy llamariamos "Bodas del Año". Bodas como la de Carlos V en la ciudad de Sevilla o la de su hijo Felipe II. Pero para la ciudad de Ávila la más importante de toda no fue una boda ruidosa, ni en la que contrageran matrimonio ilustres personajes, sino la boda de dos humildes hidalgos que con el paso del tiempo iban a ser conocidos en todo el mundo, como los progenitores de la primera doctora de la Iglesia Católica.
Don Alonso de Cépeda había nacido en la ciudad de Toledo y era viudo en el momento de conocer a Doña Beatriz de Ahumada, una muchacha joven nacida en la villa de Olmedo e hija de Don Juan de Ahumada y Doña Teresa de las Cuevas. Don Alonso había enviudado hacía dos años y doña Beatriz era huerfana, su padre había fallecido prematuramente dejando a su esposa con seis hijos a su cargo. De los seis hijos dos lucharon a las órdenes del Gran Capitan en la Guerra de Napoles en 1.506: Sancho y Antonio. Dos hermanas habían fallecido a muy temprana edad: Juana y María, todos estos acontecimientos apesadumbraban a la joven Beatriz, que venía muchas temporadas a la ciudad de Ávila para estar con sus primas. La familia abulense de la joven era la Familia Tapia y la Familia del Peso. También pasaba temporadas en el pueblo abulense de Gotarrendura donde la familia poseía abundantes tierras y una casa de labranza, que llego a ser la Segunda Casa de doña Beatriz, incluso algunos historiadores apuntan que el naticilio de la Santa abulense pudo producirse en este lugar, cosa hoy descartada por la mayoría de la crítica. La casa de Labranza aún se conserva y es conocida como "el Palacio", pero sin duda el lugar que más se grabo en el corazón de Santa Teresa fue otra edificación, de a que hablaremos próximamente y que aún se mantiene en pie y es conocida como el Palomarcito de Santa Teresa, de aquí tomaría ella el nombre que iba a dar a sus fundaciones: Palomarcitos.
En uno de estas visitas a la ciudad de Ávila, Don Alonso de Cepeda y Doña Beatriz de Ahumada coincidieron el amor pronto prendio en sus corazones, a pesar de llevarse quince años los jovenes decidieron casarse.
Como afirma el Padre Nicolás González, Capellan del Monasterio de la Encarnación, las bodas en el siglo XVI poco se parecen a las que se celebran en la actualidad. Había dos formas de celebrar el matrimonio, las dos aprobadas por la iglesia: "Unos se casaban privadamente, en casa de la novia, delante de los padres. Si eran los de la novia, la madre sentada pedía a los contrayentes arrodillarse delante de ella y cogía de las manos de los dos entre las suyas propias y les pedía el consentimiento. Otras veces se hacía lo mismo, pero con más solemnidad, delante de un sacerdote amigo o un canónigo u obispo".
Este es el motivo que apuntan los historiadores para ignorar la fecha exacta del matrimonio, así como el tipo de ceremonía con el que se consagro este matrimonio. Pero hoy hace quinientos años se formalizo la Carta de Arras, en la que Don Alonso, volvemos a tomar las palabras del Pasdre Nicolás González "se comprometia a dar a su esposa joyas en oro y vestidos de seda y entregó a su esposa "por honra de su virginidad e acrecentamiento de su dote, mil florines de oro bueno e de justo peso e valor de la ley y cuño de Aragón". Mientras la novia aportaba al matrimonio 600.000 maravedíes "en tierras y ganados correspondientes a sus propiedades en Goterrendura".
Lo que es seguro es que la boda se celebro en Goterrendura, lugar donde se producirá otro hecho que va a marcar la vida de Teresa de Jesús, un suceso luctuoso, la muerte de Doña Beatriz, su madre, y que a va a hacer que la pequeña Teresa busque la protección de la Virgen María, como narrare en una próxima entrada.
La ceremonía según los testimonios de la época se celebro en la casa de la novia, Doña Beatriz junto a su madre llegaron a la aldea abulense desde Olmedo en un carro que venía conducido por un criado de la casa, un mozo de unos dieciséis años. Según el Padre Nicolás González y otros textos la novia "iba muy ricamente vestida en seda y oro", entre los invitados al enlace destaca el canónigo Pajares, probablemente fue el sacerdote ante quien los novios hicieron su consetimiento. Tambien se afirma que en la boda de segundo plato se comieron gallos y gallinas del corral de Doña Beatriz, y alguna paloma del palomarcito de Goterrendura, donde tantas horas iba a pasar en su niñez y juventud nuestra Santa. El vino que se sirvió tambien era cosecha de las tierras de la novia.
Creo que por la importancia del Quinto Centenario del nacimiento de mi querida Santa Teresa de Jesús, merecía la pena subir esta entrada.

martes, 10 de noviembre de 2009


Piedrahíta no se entiende sin el Cristo de las Batallas. Para Piedrahíta esta imagen resumen toda su fe, todo el amor de un pueblo a la Pasión de su Señor. Piedrahíta ve en esta imagen el rostro maduro y roto del Niño que camina delante de su patrona, la Virgen de la Vega. Llama la atención ver a mujeres y hombres de este pueblo castellano orando ante la verja de su capilla, la mayoría a oscuras o en penumbras. En sus salidas procesionales es fácil ver la mirada de muchos de mis vecinos alzadas a su Señor, orando, meditando.
La primera impresión que causa a aquel que se acerca a él por primera vez es el sobrecogimiento que desprende la crudeza con la que la gubia de un desconocido maestro castellano supo plasmar en él los signos de la Pasión del Señor. Sin duda esta imagen dista mucho de la dulzura con la que se representa en Andalucia o Murcia la muerte del Señor. Ese era sin duda el objetivo de este maestro castellano: conmover aquel que mirase el cuerpo de Cristo que por Amor se entrega a los hombres y sentir el dolor por sus propios pecados, muchas veces viendo la imagen en el silencio de su capilla vienen a mi mente aquellos versos que creo que el autor escribió para él:
"Mueve el verte
clavado en esa Cruz y escarnecido,
mueveme el ver tu cuerpo tan herido,
muevenme tus afrentas y tu muerte"
La imagen del Santísimo Cristo de las Batallas, representa el momento narrado por el evangelista Juan, posterior a su muerte en la Cruz, y al ser traspasado por la lanza del soldado romano. El imaginero ha logrado captar toda la agonía del hombre que fallece en este suplicio en su rostro. El costado abierto, rasgado por una impresionante herida de la que brota un abundante caudal de sangre, sangre que llega hasta el paño de pureza. El paño de pureza tiene un gran nudo al lado derecho. Cristo está sujeto a la Cruz por tres clavos, dos que sujetan sus manos y una tercera que sujeta sus pies al árbol. Pelo natural, algo típico de la imagineria castellana, tal y como lo demuestra Nuestro Padre Jesús Nazareno que se venera en la iglesia de mi pueblo o el Cristo del Caño y el Cristo Negro del pueblo cercano Barco de Ávila. A lo largo del cuerpo del Señor quedan como testigos de la tortura sometida al Señor innumerables heridas de la flagelación, así como la gota de sangre que cae desde su corona de espinas.
De autor desconocido, tallado en torno al año 1.627, fecha en la que se concluye el rtablo donde se venera, según una inscripción colocada en una pared de su capilla.
El Retablo donde se venera este Cristo es un interesante Calvario Castellano, Cristo en la calle central, junto a él, en dos hornacinas: el apóstol San Juan y la Virgen de los Dolores, mal llamada en la actualidad del Encuentro. Corona el altar una Inmaculada Concepción con esplendor de rayos, a su lado dos cuadros de tema teresiano: la aparición de Cristo a la Columna y la Transverberación de la Santa. Sobre la imagen de la Inmaculada desciende el Espíritu Santo, enviado por el Padre Dios. Por lo que algunos conocen este altar como el de la Santísima Trinidad.
El Señor recibe, actualmente el nombre de las Batallas, aunque recientes estudios coinciden que su nombre es el del Miserere, nombre que le vendría dado por una antíquisima tradicción de la iglesia de Piedrahita. En una tablas que actualmente se pueden contemplar en el Museo Parroquial, concretamente en el trascoro del templo. Según estas tablas el templo se levanta sobre la fortaleza que Doña Berenguela de Castilla tenía en la ciudad de Piedrahíta, lugar donde nacio su hijo Fernando III el Santo, a la muerte de la reina esta dono su fortaleza para que se alzara la iglesia de la Villa. El clero parroquial tenía la obligación de todos los viernes de Cuaresma delante del altar mayor, levantar un catafalco de terciopelo negro, sobre el que descansaba una calavera y una corona de plata, presidia el túmulo la imagen de un Crucificado, bajo un dorsel, que según todos los estudios era esta imagen. Concluída la eucaristía de ese día, se cantaba un solemne miserere y un solemne responso por el alma de esta reina castellana.
Actualmente el Cristo de las Batallas sale en procesión acompañado por su cofradía titular la noche del miercoles santo en la procesión del Silencio, en la madrugada del Viernes Santo en el Vía Crucis o Procesión del Encuentro, participando esa misma noche en la procesión de los pasos.

martes, 3 de noviembre de 2009

LA FIESTA DEL HÁBITO DE SANTA TERESA



Al comenzar a tartar los temas teresianos en esta página, decía que es fácil encontrarnos en Ávila con Santa Teresa de Jesús. Su huella permanece viva en muchos lugares de esta ciudad: la iglesia de la Santa, donde nació, los Cuatro Postes, el Monasterio de Santa María de Gracia, el Convento de San José, su primera fundación, el Convento de la Encarnación, donde Teresa profeso como religiosa carmelita.
Pero la ciudad de Ávila revive cada año las fechas más importantes de la vida de esta gran mujer, de su Santa. Se podría decir que Ávila ha hecho un calendario teresiano, dentro del Año Litúrgico, ceremonias que si Dios quiere iré presentando. ¡Es la mejor forma de mantener viva el espíritu místico de esta ciudad, en la que Dios se manifesto al corazón de su más ilustre vecina: Teresa de Jesús!
La huella de Teresa es fácil descubrirla en el monasterio de la Encarnación. Monasterio fundado en el año 1.510, cinco años antes del nacimiento de Teresa. Monasterio situado al norte de la ciudad, extramuros de ella. Que pertenecía a la Orden del Carmen. En este monasterio ingresa Teresa de Cepeda y Ahumada, como ella nos dice en su Vida: "Concentramos entre ambos (su hermano y ella),de irnos u día, muy de mañana al monasterio adonde estaba aquella mi amiga" (Libro La Vida, Capítulo 4,1). Era el 2 de noviembre del año 1.535. Un año después Teresa recibe el hábito, era el 2 de noviembre de 1.536 y se convierte en la Madre Teresa de Jesús.
Teresa de Jesús fallece en el Monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes el 4 de octubre de 1.582, es beatíficada por el Papa Paulo V, el 24 de abril de 1.614; y canonizada po el Papa Gregorio XV el 12 de marzo de 1.622.
Entre 1.622 y 1.630 comienza a celebrarse en este Monasterio abulense de la Encarnación la Fiesta del Hábito de Santa Teresa, fiesta que recuerda el momento en que Teresa toma el hábito en este convento. Fiesta que se ha mantenido hasta nuestros días y que hoy volverá a celebrarse con una solemne Eucaristía presidida por el Padre Miguel Márquez, Provincial de la Orden de Castilla a las seis de la tarde. La fiesta se celebra hoy 3 de noviembre y no ayer 2 de noviembre por razones litúrgicas, el día 2 de noviembre, la iglesia y su liturgía esta dedicada exclusivamente al recuerdo de los fieles difuntos. Mientras que hoy se podía hacer una conmemoración, en el caso de la Encarnación, solemnidad de Santa Teresa de Jesús. Se trata de una fiesta íntima, muy íntima, lejos de otras fiestas teresianas. Tuve la suerte de vivir este momento hace algunos años en la iglesia de la Encarnación, y la verdad que guardo de aquel momento un recuerdo imborrable, parece como si el tiempo se hubiera parado en mi reloj y estuviera viviendo un día de hace ya casi quinientos años en la ciudad de Ávila.
Las religiosas cuidan al detalle los acontecimientos de este día, la ceremonía. Al comienzo en el coro bajo de la iglesia una imagen de Teresa aparece vestida como una novia, igual que las religiosas solían aparecer el día de la profesión de sus votos, incluso un matrimonio son nombrados padrinos de Santa Teresa. Tuve la suerte de hablar aquel año con ellos, y la emoción del momento se podía palpar en aquellos dos hombres. Durante la eucaristía Teresa es vestida como una monja. Ya es un miembro más del monasterio.
Según María Pinel, cronista del Monasterio de la Encarnación de Ávila, las monjas de este convento vez Teresa se había convertido en monja "subía" hasta la imagen, mientras se entonaba un solemne Tedeum, subían en fila por antigüedad y abrazaba la imagen de la Santa, mientras pedían a Teresa su propina. Las propinas no son otra cosa que las peticiones que la religiosas querían presentar a Dio por intercesión de Santa Teresa.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
3 de noviembre de 2.009

sábado, 31 de octubre de 2009

LA MUERTE, REFLEXIONES PARA UN MES DE NOVIEMBRE



El mes de noviembre, cada año, en sus primeros días nos trae a la memoría aquellos amigos, que ya no están con nosotros, aquellos que un día compartieron nuestro camino y hoy ya no los vemos fisícamente, pero que podemos sentri espiritualmente.
Noviembre, en estos primeros días, es un continuo ir y venir de gentes que van con sus flores al cementerio a embellecer las sepulturas de sus seres querido. Muchos lloran ante la lápia de aquel con el que un día compartieron su vida, tal vez de forma egoista, por que para nosotros todas las muertes son costosas, todas las muertes duelen y todas las muertes llegan en el peor momento. Tenemos la agenda tan llena de asuntos que no hemos dejado un hueco para la muerte, y ella siempre está a nuestro lado.
¡Qué triste sería la vida para nosotros si no fueramos capaces de ver la muerte, como un final, como el final de esta vida, que, de forma egoista y equivocada hemos llenado de cosas innecesarias y qué distinta sería la muerte si la mirasemos junto a la Cruz de Jesús.
Tener miedo a la muerte es algo coherente, el propio Jesús tuvo miedo a la muerte: "Padre si puedes aparta de mi este cáliz" "Dios mio, Dios mio ¿por qué me has abandonado?" Pero el temor de Jesús se convierte en abandono total a las manos del Padre, Él cree en Dios y pone su vida en las manos de Aquel que un día le hizo crecer en el vientre de María: "Padre en tus manos pongo mi Espíritu". ¡Qué distinta sería nuestra vida si cada vez que pensamos en la muerte la vieramos como un abandonarse en las manos del Padre! Decirle a Dios: Aquí estoy Señor, yo sé que salí un día de tus manos y otro día voy a regresar a ellas.
¡Qué distinta sería nuestra vida si cada mañana que nos levantamos miráramos la Cruz de Cristo y le dijeramos: ¿Señor va a se hoy el día que vengas a buscarme? Sí es así recibir la muerte con gozo, con el gozo de saber que Él ya nos ha preparado la morada que la noche de su partida dijo: "Me voy a preparos la morada, cuando la tenga lista, vendré a buscaros". Por eso en esta noche Señor me gustaría mirar la muerte no como un castigo, sino como un premio, ¡y qué mejor premio que el de encontrarme contigo! ¡qué dicha la de transformar esta noche en día! ¡Qué alegría saber que desde que contigo este, si te he sabido amar, no habrá más sombras, ni más doores! ¡Qué dicha Señor ese encuentro, que es la muerte, contigo!
Estos primeros días de noviembre no me gustan. No me gustan por el consumismo en el que se ha convertido la muerte, en ese ir al cementerio y llenar las sepulturas con más flores que el vecino, como si después de la muerte tambien tuvieramos que vivir otra competición la de la ostentación ,tan alejada de ese dichoso encuentro contigo sin nada más que uno mismo.
Por eso esta tarde del uno de noviembre, cuando la noche y sus sombras se hayan apoderado de todo, volveré a subir al cementerio de mi pueblo, y volveré a pasear entre las sepulturas del viejo cementerio, mientras veo las luces de las velas encendidas, y pensaré en este bello poema de Martín Descalzo que define la muerte como yo la veo:
Morir es solo morir. Morir se acaba
morir es una hoguera fugitiva
es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas
ver al amor, sin enigmas, ni espejos
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos
la Noche luz, tras la Noche oscura.
VICTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
1 de noviembre de 2.009

lunes, 26 de octubre de 2009

Dialogo con la Virgen de la Vega III



La Ermita ha quedado en silencio, la pradera está em la más absoluta soledad. Piedrahíta ha vuelto a sus cosas, a su hogares, y tú has quedado en tu casa. El silencio me recuerda de nuevo Nazaret, tu hogar, Virgen de la Vega. Habéis llegado de un largo viaje, y le Niño cansado y con mucho sueño está a punto de acostarse.
En el silencio de tu hogar crece la monotonía del día a día y junto a él, tu santidad. Ahora que ya estás en la ermita y cada día de mi día, no acabará, como en estos días, visitando tu imagen, comienza la monotonía de mi vida. Sé que Dios, como a ti, no me pide grandes hazañas, no me pide que cada día obre un milagro, sino que cada día de mi vida, sea capaz de hacer sonreir a un hombre que se cruce conmigo por el camino de la vida, agobiado por sus problemas.
El Padre al acogerme como hijo el día de mi bautismo me invito a vivir esta vida como una peregrinación hacia la casa del cielo, y sabiendo mi debilidad, mi flaqueza, te me dio como Madre, como bastón, en el que apoyarme, al que mirar y al que pedir ayuda cada vez que este camino se me haga cuesta arriba, cada vez que me caiga, cada vez qeu me alege de mi camino y del final del mismo. ¡Cuánto trabajo te doy Virgen de la Vega!
Ahora que empieza un nuevo año en mi corazón piedrahitense, te pido Virgen de la Vega que me ayudes a ser fiel a mi vocación cristiana. Que me ayudes a encontrar a Dios en cada instante de mi vida, apra hacer así grande cualquier gesto: pesar un kilo de cemento, comprar el pan o el periodico, beber un vaso de agua o hablar con un amigo.
Ayúdame en este año, a esforzarme por hacer presente a Dios en mi vida, a pesar de las enfermedades, a pesar de las cruces de cada día, como tú lo hiciste presente en el hogar de Nazaret.
Ábreme, Virgen de la Vega, en este nuevo año, los ojos y los oídos a los necesitados que puedan sufrir a mi alrededor, sobre todo en este tiempo de crisis; y que como tú busque una solución a cada problema hasta que gaste mi vida, si es preciso ayudando a los demás, comprometiéndome con los demás.
Virgen de la Vega, ahora que estás ausente, haz presente en mí vida la Eucaristía, donde el Niño se hace Vida para mí vida y al ver como se parte para los hermanos sepa, y te lo pido una vez más, partirme yo tambíen, para mis hermanos.
Ayúdame Virgen de la Vega a hacer presente tu imagen, meditando en mi corazón la Palabra de tu Hijo, la Palabra del Padre con la ayuda del Espíritu Santo; y así el que me vea te vea a pesar de no estar presente en el pueblo, en la Parroquia como lo estaras el próximo 11 de septiembre.
Y sobre todo Virgen de la Vega que a lo largo de este año no te avergüences de ser mi Madre y de que yo sea tu hijo.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
26 de Octubre de 2.009

viernes, 23 de octubre de 2009

LA BAJADA DE LA VIRGEN DE LA VEGA



Dedicado a la familia cofrade de Sevilla.


Con cierta nostalgia el próximo domingo se cierra un ciclo para todos los devotos de la Virgen de la Vega. Será, si Dios quiere, una hermosa tarde otoñal, de esas tardes que invitan al paseo y a la contemplación. Los árboles con sus hojas amarillas nos hablaran de la fugacidad de la vida, mientras caen de los árboles, sin duda una bajada sin la caída de las hojas no sería una bajada.
La Bajada es la procesión de regreso de la imagen de Nuestra Señora de la Vega desde la Iglesia de Santa María la Mayor de Piedrahíta hasta su Santuario en el Valle del Corneja, situado a tres kilómetros de la Villa. Se trata de una procesión sin orden, sin la solemnidad de una marcha interpretada por una banda de música, ni siquiera es acompañada por la tradiccional dulzaina. La imagen es tan sólo acompañada por los cantos y los rezos de su pueblo, de sus devotos. Si la Subida es todo solemnidad, la bajada es devoción. Si la Subida es todo alegría, la bajada es nostalgia. Si la Subida es jolgorio y fiesta, la bajada es interioridad, oración. La Subida es la alegría de un encuentro, la Bajada es la tristeza de una despedida.
La procesión comienza a las cuatro de la tarde, a esa hora las campanas de la iglesia tocan a fiesta, es su forma de despedirse de su Señora, su tañir la acompañara a lo largo de su recorrido por las calles de mi pueblo, anunciando a los vecinos la partida de su patrona. A las cuatro la Virgen abandona su altar de cultos en la Iglesia parroquial donde ha permanecido desde el día de su Subida.
En la carrozo y acompañada por sus hijos recorre las calles de Piedrahíta, calle Camargo, o Calle Fortaleza, es el mismo recorrido del día de la Subida, pero a la inversa y esta vez sin la compañía de los Gigantes y Cabezudos. Calle Ávila, Calle Pilillas hasta la Plaza del Carmen donde la procesión se detieney las madres carmelitas desde su mirador dicen adios a la Virgen, son las primeras vecinas del pueblo en despedirse de ella en tan hermoso día. En silencio oran. En silencio el pueblo acompaña su oración. Se canta la Salve, la primera de esta tarde, la primera despedida.
Prosigue la procesión hasta el Alamillo, siguiendo por las calles Pilillas, la Plaza de los Herreros, la Calle Horcajada y por fin el Alamillo. La procesión se detiene, es el mismo lugar donde es recibida en el mes de septiembre. Ahora es el momento de la despedida. La Virgen es vuelta hacía su pueblo, caen algunas lágrimas. Se canta la salve, se vitorea a la virgen, y en el corazón de todos una petición y una súplica: Hasta septiembre, que el año que viene pueda venir a esperarte, que Dios me conceda vivir otra subida. Algún viva se escapa de alguna garganta, y un aplauso respetuoso. La Virgen se despide de su pueblo, los hijos se despiden de su madre. Se canta el himno, comienza el Rosario que concluirá en la pradera cuando la Virgen haya llegado a su casa.
Lentamente la imagen se aleja de Piedrahíta. La escena es preciosa lluvia de hojas sobre la Virgen de la Vega, petaladas de la naturaleza para la Madre de su Creador.
Pasado el puente las campanas de la ermita suenan alegres anunciando al Valle la llegada de su Señora, al llegar a la puerta, en la pradera, la Virgen es vuelta hacía Piedrahíta. María nunca abandonará a su pueblo, desde la lejanía le guardara, le cuidará, le protegerá. Al entrar en la ermita se canta de nuevo el himno. La imagen es llevada hasta el altar mayor, donde el parroco de Piedrahíta se despide en nombre de Piedrahíta de su Madre. Comienza un nuevo año para todos los devotos, para todos los piedrahitenses, un año que concluirá el sábado, vísperas del Segundo Domingo de Septiembre, cuando la imagen abandone su ermita para volver a Piedrahíta.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
24 de octubre de 2.009
Vísperas de la Bajada de la Virgen de la Vega

lunes, 19 de octubre de 2009

Último Domingo de Octubre



El próximo domingo a las cuatro de la tarde comienza la procesión más nostálgica de mi pueblo: Piedrahíta. Es la bajada de la Virgen de la Vega a su ermita. Es el último Domingo de Octubre.
¿Por qué este domingo y no otro? La respuesta es muy sencilla, pero tiene varias explicaciones. El mes de octubre ha sido dedicado desde los tiempos de Santo Domingo de Guzman. El Rosario, cuya fiesta se celebra el 7 de octubre, es considerada por autonomasía y por la propia Iglesia como la Oración mariana por excelencia, los Santos Padres la han definido como el salterio de la Virgen, el Evangelio de la Virgen, o incluso el Evangelio de los pobres. Una de las características de la devoción de Nuestra Señora de la Vega es el Santo Rosario, sobre su regazo siempre descansa uno. Desde el día de su Subida, en las vísperas del Segundo Domingo de Septiembre, uno de los momentos más importantes para muchos devotos suyos de Piedrahíta es el rezo del Santo Rosario, cada tarde antes de la Eucaristía se reza el Rosario, incluso en los días de fiesta, en la tarde de los mismos se reza el Santo Rosario, siendo uno de los actos más multitudinarios de las mismas. Hasta hace no muchos años, los piedrahitenses tenían una cita cada tarde en la Parroquia con su Señora, una cita a la que acudían a media tarde, mucho antes de la Eucaristía diaria para orar junto a su Virgen el Santo Rosario. Durante todo el mes de octubre, a las seis de la tarde se reza el Santo Rosario, lo mismo ocurre en el mes de mayo.
En los últimos días de este mes de octubre la Virgen era devuelta a su santuario. Pero ¿por qué el último domingo y no el día 31, último día del mes? El 31 de octubre suele ser un día laborable, y gran parte de la población de mi pueblo no podía acudir a despedir a la Virgen.
Además el día 31 de octubre, el pueblo de Piedrahíta celebraba la fiesta de San Quintín, y era celebrado con una curiosa fiesta llamada la Vaca Enmaromada. De la que hablaré ese día. La festividad gozaba de gran popularidad entre mis vecinos. Hoy desgraciadamente perdida.
Hay una tercera causa que defiende por que la Virgen se tiene que ir de Piedrahíta el último domingo de octubre. La Iglesia de Piedrahíta hasta el año 1.820 era el cementerio del pueblo, en esa fecha el Concejo decidió que este debía trasladarse al interior de las ruinas del Convento de Santo Domingo. En el interior del templo parroquial recibian sepultura los sacerdotes del mismo y la gente adinerada de Piedrahíta, mientras que en el exterior eran sepultados la gran mayoría de los vecinos de mi pueblo.
Delante del altar mayor descansan siete sacerdotes de alta cuna piedrahitense. Sobre dos de esta sepulturas se coloca la imagen de Nuestra Señora de la Vega, durante sus estancias en la Iglesia de Piedrahíta. Las familias de estos tres sacerdotes querían orar ante sus sepulturas en tan señalados días como son el uno y el dos de noviembre, días dedicados por la iglesia al recuerdo de los difuntos. Por eso el clero de Piedrahita dedicidio que la Virgen debía ser bajada a su Ermita el último Domingo de Octubre, para facilitar la limpieza de la sepulturas de aquellos sacerdotes a su familiares.
De aquí la movilidad de esta fecha piedrahitense. La Bajada de la Virgen de la Vega puede celebrarse desde el 25 al 31 de octubre dependiendo de cual sea el último domingo de octubre. Siendo este año el año que más pronto celebraremos la Bajada de la Virgen y el año próximo el año que más tarde se celebrará, pues el último domingo de octubre será el día 31

sábado, 17 de octubre de 2009

Dialogo con la Virgen de la Vega II


Madre de la Vega, me gusta, en tardes como esta, en silencio mirar tu rostro y bajar mis ojos hasta tu pecho, allí donde está tu corazón e intentar penetrar en él. ¡Es tan bueno, Madre, lo que allí guardas!
Tu grandeza reside en ese corazón, donde has ido guardando ¡tantas cosas! La primera sonrisa de José, su primera palabra, el proyecto de una vida en común, la presencia de Dios en ese proyecto, el abrazo de Isabel, ¡tantas conversaciones durante aquellos tres meses en la montaña de Judá!, los recelos de José, ¡la primera espada! el miedo y la confianza siempre puesta en las manos del Padre, el camino de Belén, la Noche de la primera Navidad cuando el Niño llego a tu vida, el primer llanto del Niño, las palabras de los pastores, de los Magos, de Simeón, de Ana, de aquellos primeros testigos de la presencia de Dios en la tierra, el primer gateo de tu Hijo, su primera sonrisa, sus primeros pasos, Pero también los desvelos, ¡cómo todas las madres!, por la primera fiebre, ¡qué bien es pensarte así, Virgen de la Vega, siempr desvelada y siempre preocupada por tus hijos!
Pero también verte enseñando a caminar al Niño, como en esta imagen nuestra, dándole de comer, consolando su llanto ante una caída, curando su piel herida, enseñándole a orar, a hablar con el Padre Dios, a leer y a escribir. ¡Qué gran maestra tuvo en la tierra el Hijo de Dios!, ¡Trabajo de Madre, como mi madre, como cualquier otra madre de la historia, y como ninguna, porque tú tubiste siempre presente tus ojos puestos siempre en Dios, por que aquel Niño era Dios, como el Ángel te lo habia anunciado!
Me gusta ver tu corazón en la noche de Nazaret. Cuando tu Hijo ha descubierto su vocación y comienza a alejarse de ti, para acercar a los hombres el Reino de Dios. ¡Cómo me gustaría Virgen de la Vega estar junto a ti en una de esas noches, en las que Jesús, ya hombre, te hablaba desu Padre, de su Reino, de su misión! Comenzabas a entender su Hora.
Acompañar tu dolor cuando José muere y Jesús en silencio comienza a comprender la triste realidad de la vida del hombre. Y tú alli, diciendo, a pesar de todo, que la muerte forma parte de la vida del hombre, y gracias a tu sí, y a tu Niño, morir ya no es un incierto final, sino un encuentro, el encuentro más hermoso de nuestra vida, porque nos reencontramos contigo y tu Hijo en la Casa del Padre.
Acompañarte a Caná y verte atareada en la boda, siempre atareada, Virgen de la Vega, siempre en movimiento, siempre dispueta al servicio y a las necesidades de los demás. Saber que sintió tu corazón ante aquellas palabras: "Aún no ha llegado mi hora".
Seguir la misión de tu Hijo, junto a ti, en el hogar de Nazaret, vivir junto a ti cada reencuentro y sobre todo aquellas mal intencionadas palabras que llegaban a tu hogar, llenas de incomprensión y de maldad: "tu Hio ha perdido la cabeza".
Acampañarte junto a la Cruz y desde allí acogerte en mi hogar, como Juan, dejar mi casa para vivir en la tuya. Y sobre todo Virgen de la Vega aprender a orar junto a ti en el Cenáculo de Jerusalén, esperando la llegada del Espíritu Santo para dar luz a mi vida, a cada día para entender cada acontecimiento desde la mirada del Padre, desde el Evangelio, como tú entendiste toda tu vida.

jueves, 15 de octubre de 2009

ANTE SANTA TERESA DE JESÚS


Por los caminos del cielo, junto a Juan de la Cruz caminas, Teresa. Abriste la eternidad para acercar a los hombres de todos los tiempos a la voz del Padre. Actualizaste en tu tiempo la voz, siempre cercana de Jesucristo, tu Jesús y lo hiciste, siempre, con la atenta mirada de María, en su advocación de la Caridad, del Carmen o de Sonsoles y bajo la custodia de José, su esposo y patrón de tu primer Monasterio, de tu primer Palomarcito, aquel que hoy en una Avila que ha crecido, ha embuido y ha hecho suyo, próximo, cercano, y que a pesar del bullicio de las calles que le rodean sigue bajando Dios cada día a los viejos pucheros carmelitas.La santidad no es carga, ni tristeza, ni pena, sino alegría, por que como tú bien dijiste: "Dios no quiere santos tristes, por que un santo triste es un triste santo". ¡Qué mayor alegría, Teresa que gozar, como tú nos enseñas de la presencia de aquel que se ha hecho pan y vino para el camino". Teresa fuiste sonrisa de Dios, sonrisa de Jesús en un tiempo dificil para la Iglesia, un tiempo duro, un tiempo de guerras y rencillas, tú mostraste el verdadero rostro del Padre que se ocultaba en las palabras del Evangelio y tú le hiciste presente en tus Palomarcitos.Conociste a Jesus, y te entregaste por entero a él. "Quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta". Ante las peocupaciones de cada día, Teresa nos enseñas a poner toda nuestra confianza en el Padre, a abandonarnos por entero en sus manos, como tú lo hiciste cuando la Reforma carmelita se ponía cuesta arriba, cuando las cosas en el Carmelo no iban los suficientemente bien, cuando no todo salía como esperas, cuando llegaban las horas de la persecución, porque en tu vida, también hubo persecuciones, pero tambien en la hora de la incompresión y de las habladurias, todo lo ponías en las manos de Aquel que todo lo ponía. ¡Qué amistad más grande travaste con él!Teresa, amiga de Jesús, para un tiempo como este nuestro, nos hablas de la oración, como único pacto de amistad entre dos amigos. En un tiempo como este nuestro, en el que tan a menudo descolgamos el movil y olvidamos el teléfono de Dios, el teléfono de la oración, tú nos enseñas que la única llamada importante que hemos de realizar es aquella que nos lleva de la tierra al cielo y del cielo a la tierra. Aquella en la que hablamos con Dios y Dios habla con nosotros. Para ello hay que hacer espacios de silencio, y no es este tiempo para el silencio, demasiado bulla, demasiadas vanales músicas, demasiadas palabras vacías, nos alejan del amigo Dios.Vivimos atareados mirando más a la tierra que al cielo, y tus ojos siempre clavados en el cileo nos invitan a vivir una vida que no se acaba, a vivir una "vida tan alta" que esta que en la tierra vivimos se queda vacía o sin sentido. Por que "tan alta vida espero que muero por que no muero". Si tenemos miedo a la muerte, ¿no será tal vez Teresa que, en el fondo de nuestro alma no creamos que tras la muerte hay una vida más hermosa que esta que ahora vivimos, que tras la muerte nos espera el Amado con la Morada preparada?Teresa, ahora que llega el final de este rato de contemplación contigo, quiero tenter presente aquella hora, tu hora en el Convento de Alba de Tormes, cuando pediste que te trajeran el Santísimo Sacramento, por que ya veías las puertas del cielo abiertas, esperando tu llegada. Y al ver que el Amado venía a visitarte a tu celda, te sentaste en el lecho diciendo con gran alegría: "Señor mío, ya es tiempo de caminar, (el camino siempre presente en tu vida), sea muy enhorabuena, y cúmplase vuestra voluntad. Oh Señor y Esposo mío, ya es llegada la hora qeu yo tengo tanto deseada. Hora es ya que estemos juntos". PUes eso Teresa, amiga, que cuando yo muera pueda decir e ese momento: que ha llegado la hora de estar junto Aquel que por mi bajo del cielo y tras entregarse en la Cruz volvió al cielo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

QUINTO CENTENARIO DE SANTA TERESA DE JESÚS. CATORCE DE OCTUBRE

Si hay una ciudad en España donde aún hoy, casi quinientos años después de su nacimiento podemos sentir la presencia de uno de sus habitantes, esa es la ciudad de Ávila, y Teresa de Cepeda y Ahumada, Teresa de Jesús.

Ávila no se entiende sin Santa Teresa y Santa Teresa no se entiende sin Ávila. Cualquier calle, cualquier lugar nos lleva inmediatamente a la Santa. Hay rincones donde parece que el tiempo se ha detenido y a la vuelta de cualquier esquina, de cualquier puerta que se abre en sus viejos palacios o caserones vaya a salir de ella, la niña Teresa, la joven Teresa,
la Madre Teresa de Jesús, monja de la Encarnación o de San José.
Ávila ha dejado de ser llamada de los Caballeros para ser conocida por Avila de Santa Teresa, y Santa Teresa de Jesús ha dejado de ser Teresa de Jesús para ser Teresa de Ávila, o simplemente la Santa, como la conocemos y llamamos todos sus paisanos.



Esta tarde la ciudad de Ávila se llena más que nunca de Santa Teresa, esta tarde la Santa vuelve a caminar por sus calles, esta tarde Teresa de Cepeda y Ahumada abandonará su Iglesia, levantada sobre la casa solariega de Don Alonso de Cepeda y volverá a caminar por las calles de la ciudad amurallada en busca de su Madre del Cielo, de la Madre que nunca la fallo y siempre la protegío: La Virgen de la Caridad.
La procesión se iniciará a primeras horas de la tarde en torno a las cuatro y media o las cinco de la tarde. A esa hora se inicia el Traslado de la Patrona de Ávila desde su Iglesia titular hasta la Santa Iglesia Catedral del Salvador para presidir los solemnes actos celebrados en el Primer templo abulense con motivo de la festividad de esta Doctora de la Iglesia Universal. Será un traslado "popular", sobrio, como nos gusta a los castellanos, pero solemne, no habrá representación municipal, pero si del pueblo, de la Cofradía de Santa Teresa y de los Hermanos de la Comunidad de Padres Carmelitas Descalzos que custodian a la imagen a lo largo de todo el año.

La imagen de Santa Teresa es una talla de madera policromada ejecutada por la gubia del más grande imaginero castellano barroco: Gregorio Fernández. Representa a la Madre Teresa de rodillas, en extasis, concretamente en el momento de ver al Señor atado a la Columna. Imagen del Señor que se conserva en la misma Iglesia de la Santa. El rostro de la Santa aparece desencajado, elevado, arrebatado, como a ella le gustaba decir contemplando la aparición del Señor. La mano izquierda sobre su pecho, la derecha extendida. En los dedos de las manos multitud de anillos donados por los fieles de esta Santa Castellana, en su mano el bastón de mando del ayuntamiento de Ávila, del que es Alcaldesa Honoraria. La talla aparece cubierta en la parte superior por una toca de terciopelo negro bordada en oro y una capa de tisu de oro bordada con hilo de oro, ricamente. Santa Teresa aparece coronada por una rica aureola de oro, en cuya parte superiro aparece la fígura del Espíritu Santo, infundiendo en la Santa de Ávila los dones de sus gracias.
Por las calles por la que discurrio la infancia y la vida de Teresa de Cepeda y Ahumada transcurre esta procesión, calles llenas del Espíritu teresiano, calles con sabor del siglo XVI, calles típicas de Ávila. La Santa sale de su capilla acompañada, como ya he dicho anteriormente, por los miembros de la Cofradía de Santa Teresa de Jesús, que son los encargados de portar sobre sus hombros la imagen durante toda la procesión, presidiendo el acto una representación de los Padres y frailes carmelitas descalzos titulares de este Iglesia abulense. Acompaña la procesión el sonido de la dulzaina y los cantos de los frailes.

La procesión discurre por la Plaza Corral de las Campanas, donde la Santa Andariega, Teresa de Jesús se encuentra con Juan de la Cruz, Juan de Yepes, su medio fraile y compañero de reforma, en un monumento que mira constantemente hacía el lugar donde habita, en la ciudad de Ávila: Teresa de Jesús, la Iglesia de la Santa; la Calle de los Cepeda, apellido teresiano donde los haya, Plaza de Pedro Dávila, Calle Caballeros hasta el Mercado Chico, antes Teresa pasará, sin entrar por la Iglesia de San Juan, donde fue bautizada, Calle Zurraquín, Tomás Luis de Victoria, importante músico sacro paisano también de Teresa, hasta la Plaza de la Catedral. En el interior de la Catedral Santa Teresa es recibida por el cabildo Catedraliceo a las puertas del primer templo abulense. Desde allí es trasladada hasta el lugar donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, advocación mariana teresiana por excelencia, ya que a ella acudirá Teresa cuando fallezca su madre para solicitar que sea su madre. Allí Teresa junto a la Virgen de la Caridad presidirá las Visperas Solemnes de esta tarde y la Solemne Eucaristía de mañana, de la que hablaremos mañana, día de Santa Teresa.
Pero esta tarde Teresa habla, Teresa vuelve a hablar en Ávila, a las seis de la tarde la voz de Teresa se hace presente, se hace actual en el Convento de San José a esa hora comienza a leerse el libro de la Vida.
A las ocho y media de la tarde el pueblo de Avila, se hace ofrenda de flores para su patrona, en la Plaza del Mercado Grande, la Plaza de Ávila acogerá el homenaje de la ciudad, de sus autoridades, de todas sus instituciones y de todos sus vecinos en forma de ofrenda floral, flores y música que harán de esta tarde noche uno de los momentos más hermosos y bellos de este día.
VÍCTOR HERNANDEZ MAYORAL
Fotografías del Archivo personal de Víctor Hernández Mayoral. Prohíbida su reproducción, sin pedir permiso al autor de las mismas.

sábado, 10 de octubre de 2009

Dialogo con la Virgen de la Vega I


¿Qué tienen Virgen de la Vega tus ojos, esos ojos que no sé si están abiertos o cerrados, si se abren o se cierran, pero que estan constantemente pendientes del Niño que "ya se anda sólo" y ante ti camina, mientras miras con el rabiño de tus ojos a tus otros hijos que caminan entre sombras buscando la Luz y la Verdad en este Valle del Corneja?
Me gusta imaginarte así, con la mirada perdida, mientras cuidas con ella del Niño, de tus otros niños, de tus hijos. Me gusta imaginarte en la Casa de Nazaret, donde el Niño comienza a andar y tú tienes que cuidar esos vacilantes pasos para que no se caiga, para que no se haga daño. Y mirándote así, me gusta imaginarte tras de mí, mirando con esos ojos, con sa cauta mirada, mietnras camino por la vida, cayendo, levantándome, que esto es de ser buen cristiano y buen castellano: caer y saber levantarse, pecar y saber levantarse, pecar y reconocer su pecado pidiendo perdón al único que puede perdonar y es Dios.
Me gusta imaginar tus ojos, ¡Qué quieres Virgen de la Vega! Y descubrir en ellos los ojos que hicieron a Jesús descubrir a Dios, descubrir al Padre, y me gusta mirar tu boca y pensar en las cosas que dirías a tu Hijo para abrirle a la misión que el Padre le había encomendado y él había aceptado al entrar en tu Seno. Por qeu la primera maestra de Jesús fuiste tú, junto con José, tu esposo. Y por eso me gusta sentarme en tu escuela y mirarte y dejarte hablar y dejar que tus manos se separen de tu pecho y vayan poco a poco modelando esta masa de barro que es mi corazón. ¡Me gusta imaginarte así Alfarera de Piedrahíta!
Me gusta mirar tus ojos y mirar desde ellos al Niño. ¡No dejes que se aleje mucho de tí, tantos son los que atraídos por sus belleza le quieren! No nos dejes a tus Hijos de Piedrahíta, Madre y Señora de la Vega, Virgen siempre cercana, Madre siempre preocupada de su pueblo, de tus hijos, Madre Nuestra.

viernes, 9 de octubre de 2009

SALVE A NUESTRA SEÑORA DE LA VEGA

Dios te Salve Madre y Señora de la Vega,
dueña de los corazones de los que vivimos
en Piedrahíta, en el Valle del Corneja,
en todo el mundo y tenemos nuestro corazón
en el corazón de este Valle, en tu ermita,
meta del peregrinar diario de cada uno,
que ti ponemos nuestra mirada,
en tu corazón nuestra esperanza
y nuestra oración.
Dios te salve Virgen de la Vega,
grito del que sufre,
medicina del enfermo,
consuelo del afligido,
dispensadora de todas las gracias,
Puerta siempre abierta de la Casa del Padre,
promesa de eternidad
para los vecinos de este Valle
que el Corneja riega.
No cierres nunca tus ojos de madre
a tus hijos de Piedrahíta
tómalos de tu mano,
y condúcelos a Jesús, tu Hijo,
que ante ti camina,
y es para todos lso hombres:
Camino, Verdad y Vina.
Puerta del Cielo
cuando acabe nuestra romeria terrena
y subamos a la Piedrahíta celestial
espéranos en el Alamillo,
y llévanos ante la presencia del Padre,
como nosotros cada septiembre
te llevamos a tu Casa Grande,
Sé entonces Madre,
Dios te salve Virgen de la Vega.
Victor Hernández Mayoral. 9 de octubre de 2.009

jueves, 8 de octubre de 2009

EL NIÑO JESUS DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

Dedicada a mi amiga Mariloli, a la que tantos niños la han quitado en las últimas semanas
La campana del Convento llama a Completas, las monjas carmelitas tras el rezo de esta hora recorren la distancia que separa la iglesia monacal de sus celdas, entre ellas camina Teresa de Liseaux, la hermana Teresa del Niño Jesús, para el resto de las religiosas ha concluido las oraciones, para ella no. Ella, aún tiene una cita en su celda, una cita con un niño, con su niño, con el Niño Jesús, una imagen del divino infante traida de Praga y a la que cada noche Sor Teresa reza en su celda. Cuando llega a la celda enciende una vela, y se postra ante la divina imagen sus labios comienzan a orar con esta oración:

"Oh pequeño niño, mi único tesoro, tú te me muestras todo radiante de Amor. Yo me abandono a Tí. Oh Jesús, mi pequeño hermano, no quiero otra alegría que la de agradarte. Mi pequeño Rey, imprime en mi las virtudes de tu infancia".
Es la oración que cada noche reza Sor Teresa, es la oración que una niña reza a su amigo. Esta es la historia de este Niño Jesús.

QUINTO CENTENARIO DE SANTA TERESA DE JESÚS. UN POEMA DE SANTA TERESA


Estamos comenzando a celebrar el Quinto Centenario del Nacimiento de Santa teresa de Jesús, que culminará el próximo día 28 de marzo de 2.015. Por ello a lo largo de estos años, si este blog sigue activo, iré subiendo y publicando noticias y textos cada día en torno a esta gran mujer y paisana mía Santa Teresa de Jesús.


Nada te turbe,

nada te espante

todo se pasa,

Dios no se muda,

la paciencia

todo lo alcanza,

quien a Dios tiene

nada le falta

sólo Dios basta.


Santa Teresa de Jesús

HIMNO DE NUESTRA SEÑORA DE LA VEGA


MADRE DE DIOS HERMOSA MADRE MÍA
MÍSTICA FLOR DEL HUERTO DE SION
OYE LA VOZ DEL QUE TU AMOR CONFIA
RUEGA, RUEGA POR EL PECADOR.
Virgen Santa y Pura de la Vega
día dichoso es este en que soñe
tengo hoy con vos
mi dicha ya cumplida,
Reina Seréis y de todo nuestro Bien.
MADRE DE DIOS, HERMOSA MADRE MÍA
MÍSTICA FLR DEL HUERTO DE SIÓN
OYE LA VOZ DEL QUE EN TU AMOR CONFÍA
RUEGA, RUEGA POR EL PECADOR
Con fe Madre tus hijos a ti llegan,
tu pueblo a ti dirige su clamor,
escúchanos, oh Virgen de la Vega,
ya que eres tu el iman de nuestro amor.
MADRE DE DIOS, HERMOSA MADRE MÍA
MÍSTICA FLOR DEL HUERTO DE SIÓN
OYE LA VOZ DEL QUE TU AMOR CONFÍA
RUEGA, RUEGA POR EL PECADOR.