sábado, 14 de noviembre de 2009

14 DE NOVIEMBRE DE 2.009



La ciudad de Ávila y la diocésis abulense se encuentra en estos momentos inmersa en los preparativos del Quinto Centenario del Nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, Teresa de Jesús, la Santa para todos nosotros. El obispo de Ávila Don Jesús García Burguillo ha solicitado de la Santa Sede la concesión de un Año Jubilar Teresiano que se celebraría entre 2.014 y 2.015, incluso se ha solicitado la asistencia del Santo Padre en Ávila para la solemne inauguración o clausura del mismo, como ocurrio el 1 de noviembre de 1.982 cuando el Santo Padre Juan Pablo II visita Ávila para celebrar la Clausura del Quinto Centenario de la muerte de esta gran mujer de la iglesia de mi diocesis. Por eso es mi próposito a partir de ahora ir todas las semanas subiendo entradas sobre su vida, así como artículos o noticias aparecidas en la prensa local sobre este gran acontecimiento.
Hoy es 14 de noviembre de 2.009, una fecha más en el calendario. Ayer preparando una entrada que tengo la intención de subir, Dios mediante, la próxima semana me encontre datos suficientes para escribir otra entrada y un dato curioso que hasta ese momento desconocía: Hoy hace quinientos años se formalizo la carta de arras de Don Alonso de Cepeda y Doña Beatriz de Ahumada, padres de Santa Teresa.
A lo largo del siglo XVI se celebraron muchas bodas, de esas que hoy llamariamos "Bodas del Año". Bodas como la de Carlos V en la ciudad de Sevilla o la de su hijo Felipe II. Pero para la ciudad de Ávila la más importante de toda no fue una boda ruidosa, ni en la que contrageran matrimonio ilustres personajes, sino la boda de dos humildes hidalgos que con el paso del tiempo iban a ser conocidos en todo el mundo, como los progenitores de la primera doctora de la Iglesia Católica.
Don Alonso de Cépeda había nacido en la ciudad de Toledo y era viudo en el momento de conocer a Doña Beatriz de Ahumada, una muchacha joven nacida en la villa de Olmedo e hija de Don Juan de Ahumada y Doña Teresa de las Cuevas. Don Alonso había enviudado hacía dos años y doña Beatriz era huerfana, su padre había fallecido prematuramente dejando a su esposa con seis hijos a su cargo. De los seis hijos dos lucharon a las órdenes del Gran Capitan en la Guerra de Napoles en 1.506: Sancho y Antonio. Dos hermanas habían fallecido a muy temprana edad: Juana y María, todos estos acontecimientos apesadumbraban a la joven Beatriz, que venía muchas temporadas a la ciudad de Ávila para estar con sus primas. La familia abulense de la joven era la Familia Tapia y la Familia del Peso. También pasaba temporadas en el pueblo abulense de Gotarrendura donde la familia poseía abundantes tierras y una casa de labranza, que llego a ser la Segunda Casa de doña Beatriz, incluso algunos historiadores apuntan que el naticilio de la Santa abulense pudo producirse en este lugar, cosa hoy descartada por la mayoría de la crítica. La casa de Labranza aún se conserva y es conocida como "el Palacio", pero sin duda el lugar que más se grabo en el corazón de Santa Teresa fue otra edificación, de a que hablaremos próximamente y que aún se mantiene en pie y es conocida como el Palomarcito de Santa Teresa, de aquí tomaría ella el nombre que iba a dar a sus fundaciones: Palomarcitos.
En uno de estas visitas a la ciudad de Ávila, Don Alonso de Cepeda y Doña Beatriz de Ahumada coincidieron el amor pronto prendio en sus corazones, a pesar de llevarse quince años los jovenes decidieron casarse.
Como afirma el Padre Nicolás González, Capellan del Monasterio de la Encarnación, las bodas en el siglo XVI poco se parecen a las que se celebran en la actualidad. Había dos formas de celebrar el matrimonio, las dos aprobadas por la iglesia: "Unos se casaban privadamente, en casa de la novia, delante de los padres. Si eran los de la novia, la madre sentada pedía a los contrayentes arrodillarse delante de ella y cogía de las manos de los dos entre las suyas propias y les pedía el consentimiento. Otras veces se hacía lo mismo, pero con más solemnidad, delante de un sacerdote amigo o un canónigo u obispo".
Este es el motivo que apuntan los historiadores para ignorar la fecha exacta del matrimonio, así como el tipo de ceremonía con el que se consagro este matrimonio. Pero hoy hace quinientos años se formalizo la Carta de Arras, en la que Don Alonso, volvemos a tomar las palabras del Pasdre Nicolás González "se comprometia a dar a su esposa joyas en oro y vestidos de seda y entregó a su esposa "por honra de su virginidad e acrecentamiento de su dote, mil florines de oro bueno e de justo peso e valor de la ley y cuño de Aragón". Mientras la novia aportaba al matrimonio 600.000 maravedíes "en tierras y ganados correspondientes a sus propiedades en Goterrendura".
Lo que es seguro es que la boda se celebro en Goterrendura, lugar donde se producirá otro hecho que va a marcar la vida de Teresa de Jesús, un suceso luctuoso, la muerte de Doña Beatriz, su madre, y que a va a hacer que la pequeña Teresa busque la protección de la Virgen María, como narrare en una próxima entrada.
La ceremonía según los testimonios de la época se celebro en la casa de la novia, Doña Beatriz junto a su madre llegaron a la aldea abulense desde Olmedo en un carro que venía conducido por un criado de la casa, un mozo de unos dieciséis años. Según el Padre Nicolás González y otros textos la novia "iba muy ricamente vestida en seda y oro", entre los invitados al enlace destaca el canónigo Pajares, probablemente fue el sacerdote ante quien los novios hicieron su consetimiento. Tambien se afirma que en la boda de segundo plato se comieron gallos y gallinas del corral de Doña Beatriz, y alguna paloma del palomarcito de Goterrendura, donde tantas horas iba a pasar en su niñez y juventud nuestra Santa. El vino que se sirvió tambien era cosecha de las tierras de la novia.
Creo que por la importancia del Quinto Centenario del nacimiento de mi querida Santa Teresa de Jesús, merecía la pena subir esta entrada.

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